Increíblemente había llegado el día. Dormí pesadamente a pesar del ruido a camiones que estacionaban o partían del lugar. Mis primeras conversaciones sobre cómo estaba el camino de Río Gallegos a Cabo Vírgenes fue con los playeros de la estación de servicio donde hice noche. Según sus datos, el tramo que me llevaba por la RN3 hasta el empalme con la RP1 (55), estaría bueno. El problema surgiría, según ellos, en los kilómetros hasta la meta desde el desvío. Había llovido mucho los últimos dos días y ese tramo es de ripio. Y por sobre todo, desolado.
Hoy es el día 13 de esta Travesía, en la que me he embarcado para llegar al punto 0 de la RN40 y desde allí empezar a recorrer ese apasionante camino por toda tu trayectoria. Y el 13, que muchos creen yeta o mala suerte, ese número no me asusta ni me conmueve. Soy cero superstición. Ni pata de conejo, ni dinero en la trompita de los elefantes de cerámicas me interesan tener. Soy de pasar por debajo de las escaleras y de no esquivar gatos negros que se cruzan.
Temprano, a las 7 am ya estaba preparando mi desayuno y carga del termo para el próximo trayecto de exactamente 128 kilómetros. Las condiciones del clima en la región por esos días eran feas. Nubes, probabilidades de chaparrones y mucho, pero mucho viento. Los mapas que uno encuentra en internet no son mejores que los que pueden dibujarte con sus palabras los habitantes del lugar. Recibí un par de recomendaciones de tres camioneros para este tramo. La primera se refería a andar despacio. Los carteles indican un velocidad máxima de 50 kms en algunos sectores y en otros de 20 kms. Pero dado que mi kangumóvil no tiene tracción trasera, si podía circular a menor velocidad, mejor. La segunda, que tuviera en cuenta que no hay señal de internet, ni de teléfono. Esto quería decir, que ante algún imprevisto, debería esperar a que algún transportista o automóvil pasará para pedir auxilio. La espera para ser ayudado podría llegar a ser de hasta un día dentro del trayecto de la RP1, ya que depende de un escaso tránsito. Pocos habitantes de la zona suelen hacer un ida y vuelta, y transitan algunos camiones con cargas de combustibles (lo que genera grandes pozos en el camino).de
También me recomendaron supervisar profundidades de baches antes de lanzarme a cruzarlos (había algunos tipos de badenes de casi un metro de pozo), ya que la altura de mi hotelito viajero no es mucha y podría quedarme estancado. Agradecido por la data y desayunado, cargué combustible (solo nafta) y encaré.
Puedo decir que he recibido una andanada de alientos y felicitaciones hasta aquí. Cada uno de ellos, me emocionó y me reconfortó a su modo. Personalmente confieso que soy de hacer grandes cálculos de escenas posibles si bien me permito la improvisación o el revisar situaciones, no suelo caer en la desgracia de un plan absolutamente torpe.
Si suelo, creo que como todos, encontrarme con imprevistos. Algunos tan inesperados que sorprenden y otros tan increíbles que parecen paralizarme. Pero sepan que no creo en el destino. Y abro tema de charla y reflexión en este tramo de la ruta final de la primer parte del paseo.
A los efectos de mi plan global el viaje está divido en tres trayectos:
La Plata-Cabo Vírgenes, Cabo Vírgenes-La Quiaca y La Quiaca-La Plata. Calculando un total de 14.000 kms de recorrido.
Llegar a concretar el primer tramo en el día de hoy no tiene que ver con el destino, ha sido mi elección. Y la forma de hacerlo ha sido mi plan. El destino es otra cosa.
La seguimos….
(55) La RP1 Recorre 112 kms de ripio desde el empalme con la RN3 (a unos kilómetros al sur de Río Gallegos) con Punta Dungeness, en la zona frontera Argentina-Chile.
Desde el año 2004 se la considera parte de la RN40.
Imágenes todas propias excepto el mapa de Google Maps.