HISTORIAS DE AMOR Y SEXO (2)

PEQUEÑAS HISTORIAS DE AMOR Y SEXO (2)

Estas historias son anónimas y en algunos casos populares.  No fueron escritas por el propietario del blog. Han sido adaptadas a un formato de texto radial para un programa llamado “Al ángulo izquierdo, donde duele” en el que se leen, semana a semana relatos de amor y fútbol. Temas pasionales si los hay. La selección tiene que ver con cada temática semanal abordada dentro del programa, así como la música que se escucha dentro de ese espacio radial. Los textos que figuran en esta segunda entrega se adhieren a la consigna “La Calentura”,  junto a otro texto de otro formato más extenso y con un lenguaje subliminal.

Huevos nuevos

El dueño de un gallinero que producía huevos para vender en el mercado, notó que la producción de sus gallinas había mermado. Decide agregar un par de gallos jóvenes para aumentar el plantel de machos, ya que solo contaba con un gallo viejo que mantenía empollando a todas sus aves.                                                                                                    Supuso que esa medida sería una solución, por lo que compró un joven y fuerte gallo en una veterinaria del pueblo. Pero inmediatamente lo encontró en una situación rara y decidió matarlo. Cambió de tienda de animales y trajo otro del pueblo vecino, con el mismo resultado. Viajó hasta la capital de la provincia para traerse otro y lo soltó en el gallinero para observarlo. Volvió a su rancho sin dejar de estar atento.                         Cuando el gallo viejo vio que el joven nuevo está paseándose por el gallinero, comienza a preocuparse nuevamente.                                                                                                                      – Otra vez están tratando sustituirme, -piensa el viejo- debo hacer algo.                                Se acerca al  nuevo gallo y le dice:                                                                                                       – Veo que has llegado recién. Viste que lindas gallinitas tengo. Crees que eres el más fuerte de la zona, ¿ah? Bueno, aún no me siento preparado para que me pasen a degüello. Por lo que no voy a hacerte fácil las cosas. Para demostrarte que soy más gallo que tú, te reto a una carrera alrededor del interior del gallinero. Daremos diez vueltas, y el que gane tendrá a todas las gallinas, solo para él. ¿Aceptas cagón?                                                                         El gallo nuevo, no se asustó y se sientió más fuerte que el viejo. Y dobló la apuesta:               – Perfecto, acepto tu desafío. ¡Ya me veo esta noche pisando a todas esas nenas con plumas! ¡Las voy a hacer cacarear como nunca! Para que veas que soy mucho más fuerte que tú, te doy media vuelta de ventaja. Me gustaría que sientas, viejo de mierda,  que tenés una esperanza, ¡jajaja!.                                                                                                                      Los dos gallos se preparan para correr y las gallinas se colocan alrededor del gallinero para alentar a los gallos. La carrera se inicia y luego de la quinta vuelta el gallo viejo mantiene su ventaja, pero a medida que pasan las vueltas, va perdiendo distancia. Curiosamente corría con un ala abierta que tocaba a todas las espectadoras al pasar haciéndolas gritar. Al finalizar la novena vuelta el gallo viejo apenas está enfrente del joven. El cacareo todas las gallinas fue aumentando.  El granjero, que oye el alboroto, sale de la casa con su escopeta, creyendo que es un zorro que se ha metido al gallinero. Al espiar, ve a los dos gallos corriendo alrededor del gallinero y cómo el joven va tratando de alcanzar al viejo. Entonces monta la escopeta, apunta y de un disparo, ¡Pum!, asesina al gallo joven.                                                                                                                                        Cuando va caminando lentamente camino a la casa con el gallito colgando destrozado de sus manos,  dice para sí mismo:                                                                                                           – Qué cosa rara, es el tercer gallo gay que compro este mes…

elduendeoscar

Cuento anónimo adaptado para ser leído en el programa 12 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 7 de junio de 2017 por http://ultra1079.com.ar/

La verdad de abajo

A su vuelta de unas merecidas vacaciones por España, y a punto de descender del avión en su tierra natal, una mujer mayor se enteró  que se estaban realizando controles exhaustivos en la Aduana y ella venía con sus maletas llenas de objetos declarables.   Sentado a su lado durante todo el vuelo de regreso, estaba un cura, con quien conversó de distintos temas hasta tomar cierta confianza.                                                                               En un momento del vuelo le dijo al párroco:                                                                                     – Padre ¿puedo pedirle un favor?                                                                                                         – Si hija mía, ¿qué quieres?                                                                                                                    -Mire, compré un depilador eléctrico, súper sofisticado, muy caro, el cual aún no he usado, y tengo miedo que supere el límite permitido para artículos electrónicos en la Aduana. ¿Podría usted esconderlo debajo de su sotana?                                                                 -Hija mía,  puedo. Pero debo advertirte de antemano, que yo no sé mentir.                         La  señora, sin otra solución a la vista, se lo dio y pensó: ¡¡Ay!!!…. ojalá que no le pregunten nada al cura.                                                                                                                     Un agente aeroportuario que controlaba los escáneres para las valijas le pregunta al religioso: ¿Algo para declarar Padre? A lo que el párroco responde:                                           – De la cabeza a la cintura, ¡Nada que declarar hijo mío!                                                      Medio extrañado por la respuesta el  agente pregunta:                                                                 -¿Y de la cintura para abajo, qué tiene que declarar?                                                                       – ¡Allá abajo –dice el cura- tengo un instrumento para mujeres que nunca ha sido usado!     Y el agente echa una carcajada y dice:                                                                                                – Ja Ja, Me ha hecho reír Padre, pase…El próximo de la fila por favor….

elduendeoscar

Cuento anónimo adaptado para ser leído en el programa 12 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 7 de junio de 2017 por http://ultra1079.com.ar/

A toda velocidad

A la edad madura de cualquiera, uno debe haber conseguido todo aquello que soñó desde niño. Tener un amor, amigos, profesión, trabajo, casa y auto, por ejemplo                    Miguel logró, no sin esfuerzo, comprarse un auto de alta gama que deseaba desde que lo vio mucho tiempo antes. El primer sábado que pudo, se dio el gusto de pasear por su ciudad y de salir a la ruta. Se sentía dueño del cielo a pesar de no despegarse del asfalto. Se animó a darse el gustito de acelerar de más en un lugar qué, lamentablemente para él, estaba vigilado por una patrulla vial. Al verlo en su imprudencia, el vigilante salió en su búsqueda, y Miguel, en lugar de detenerse, aprovechó la velocidad de su flamante adquisición e intentó escaparse. Pero las cosas no fueron tan sencillas y al tener que detenerse en un semáforo fue alcanzado y desviado a la banquina para dar explicaciones. Un policía solitario se había ocupado de perseguirlo y sin mediar palabras de simpatía, le exigió que mostrara toda la documentación. Luego de leer los datos del registro de conducir, tarjeta verde, VTV, seguro y matafuegos, observó patentes y luces. Al terminar y sin dejarlo hablar hasta ese momento a Miguel, el policía le dice: “Mire maestro, en veinte minutos termina mi guardia y me voy a casa. No quisiera pedir refuerzos, secuestrar su auto, testear su alcohol en sangre y hacerle una contravención. Veo que Ud. no es más que un boludo jugando a las carreras o cosa parecida. Si Ud me da una explicación que me cierre, que me convenza, de porqué venía a semejante velocidad y por qué carajo no se detuvo cuando se vio perseguido, yo lo dejo ir en este mismo momento.                         Miguel tragó saliva, pensó un instante y le respondió: “Hace unos días mi mujer se fue de nuestro hogar con un policía. Cuando vi su patrullero siguiéndome, pensé que Ud. era aquel policía que se llevó a mi esposa, y que me seguía para devolvérmela.                    Tenga Ud. un buen domingo, le dijo el policía, devolviéndole la documentación.

elduendeoscar

Cuento anónimo adaptado para ser leído en el programa 12 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 7 de junio de 2017 por http://ultra1079.com.ar/

PEQUEÑAS HISTORIAS DE AMOR Y SEXO (1)

PEQUEÑAS HISTORIAS DE AMOR Y SEXO (1)

Estas historias son anónimas y en algunos casos populares.  No fueron escritas por el propietario del blog. Han sido adaptadas a un formato de texto radial para un programa llamado «Al ángulo izquierdo, donde duele» en el que se leen, semana a semana relatos de amor y fútbol. Temas pasionales si los hay. La selección tiene que ver con cada temática semanal abordada dentro del programa, así como la música que se escucha dentro de ese espacio radial. Los textos que figuran en esta primera entrega se adhieren a la consigna «La Locura»,  junto a otro texto de otro formato más extenso y con un lenguaje subliminal.

Te dije que no juegues al fútbol

Hacía mucho tiempo que el oficinista le había echado el ojo a su compañera, pero siempre mantuvo un perfil bajísimo para no mostrar ningún tipo de interés. Cuando podía y sin ser visto le miraba los ajustes que le producía el pantalón elevando las nalgas y en más de una oportunidad le tomó fotos con su celular para observarla detenidamente en el baño sentado en el inodoro. Luego borraba esas fotos para no ser descubierto. Debemos decir que éste, es un hombre casado sin hijos y de unos cuarenta años. Por demás fiel. Pero la fantasía es la fantasía.                                                                                                                      Una mañana la joven, asistió a su trabajo con una minifalda que mostraba unas piernas torneadas producto de los ejercicios de trote que todas las tardes hacía con un grupo de personas en un parque cerca de su casa.                                                                                       Esa jornada  fue terrible. Él trató de concentrarse en su labor sin éxito. Llamó a su mujer para hablar con ella, cosa que nunca había hecho desde su oficina en los diez últimos años. Solo quería distraerse de las piernas de su compañera.  Pero la carne pudo más.                     En un momento se acercó a ella y le confesó que sus piernas lo habían distraído toda la mañana. Como respuesta, la joven le dijo insinuantemente: ¡Al fin me mirás, ya no sabía cómo lograrlo!                                                                                                                                Luego de esto, al salir de la empresa, se fueron a la casa de ella y mantuvieron sexo, horas y horas. Y abrazados en cucharita se quedaron dormidos. Cuando despertaron eran las 6 de la mañana del otro día.  El hombre, en ningún momento avisó de su prolongada ausencia e inmediatamente urdió un plan para volver.                                                         Tomó sus zapatos y los ensucio de barro y pasto. Hizo lo mismo con las partes bajas de su pantalón. Al llegar a su casa la mujer le preguntó preocupada ¿Qué te pasó que no volviste anoche? Y él respondió con la verdad: No me vas a creer. Tuve una tarde y una noche de sexo con mi compañera de trabajo. Ella lo miró de arriba abajo y le dijo: ¡Mentiroso! ¡Estuviste jugando al fútbol!

elduendeoscar

Cuento anónimo adaptado para ser leído en el programa 11 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 31 de mayo de 2017 por http://ultra1079.com.ar/

Es tuyo

Luego de varios años intentado tener el tan deseado hijo varón y dentro de los últimos posibles, fisiológicamente, la mujer quedó embarazada. Tuvo que cuidarse durante todo el proceso dado que por su edad cercana a los cincuenta años, las cosas no son tan fáciles. Tenían dos hijas, una de 23 años y otra cuatro años menor, ambas bellísimas. Llevaban con su esposo, veinticinco años de casados.                                                                                    El día del parto, que en este caso se hizo por cesárea programada, le impidió al padre que estuviera presente al momento de dar a luz como con las hijas anteriores.                             El bebe fue directo a la incubadora que estaba al lado de la cama de la parturienta, hasta estabilizarse. El padre miró decepcionado al niño. Era tan feo que tuvo una mala impresión y fue a contársela a su esposa.                                                                                           -Querida, el bebe es horrible. No puede ser mi hijo, Basta con que mires a las hijas  tan bellas que tenemos. ¿Qué tenés para decirme? ¿Me engañaste?                                               En medio del caos psíquico y físico en el que nos deja una intervención de este tipo, la mujer le respondió:                                                                                                                                 -No mi amor, esta vez, te juro que no.

elduendeoscar

Escrito para ser leído en el programa 11 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 31 de mayo de 2017 por http://ultra1079.com.ar/

La de Pérez

En la morgue estaba el cuerpo de Pérez, un conocido vendedor callejero, encontrado muerto en su casa sin que se sepan los motivos. Justamente se iniciaban las tareas de autopsia para develar el caso. Luego de tal tarea el cuerpo quedó en congelación permanente hasta que los parientes decidieran que hacer con el cuerpo.                                 A la semana todo estaba esclarecido. Un simple infarto llevó al buen hombre a otro universo. Y los pocos familiares que vivían el pueblo decidieron enviar sus restos al crematorio.                                                                                                                                             El empleado de la morgue que tenía la tarea de meter el cuerpo en el crematorio descubrió que Pérez tenía un miembro sexual desproporcionado, semejante a su antebrazo. Para hacerle una broma de mal gusto a su mujer, separó esa porción corporal y la llevó a su hogar en una bolsa. Al llegar, metió el pedazo de cuerpo en el congelador sin que su esposa lo viera. Y le propuso: -¿Mi amor, que te parece si hacemos una picadita?, a lo que le mujer no se opuso. Inmediatamente y a modo de piropo le dijo a su mujer: ¿Me preparás un vermut con cubitos como te sale a vos, la mejor de todas?, sabiendo que este pedido la llevaría inexorablemente al congelador donde había dejado los restos. Pasaron diez minutos y esposa no se acercaba al living con el aperitivo acordado. Se levantó de la comodidad del sillón y se fue hasta la cocina. Encontró a su mujer con los brazos apoyados en la mesada y con la cabeza baja llorando desconsoladamente.                                       Tratando de calmarla, le preguntó por qué lloraba.                                                                        Y ella en medio de sollozos, le dijo ¿Qué le pasó a Pérez?

elduendeoscar

Cuento anónimo adaptado para ser leído en el programa 11 de “Al ángulo izquierdo, donde duele” por la Locutora Marguy Ibarra el 31 de mayo de 2017 por http://ultra1079.com.ar/