Y si me muero…qué?

Y si me muero…qué?

«La muerte es un secreto que nos pertenece y que es imposible de explicar» elduendeoscar

Conseguí casi todo lo que soñé…

Y disfruté de cada sueño cumplido.

Sé que nada está terminado,

ni aún cuando parece que voy a dejar de respirar.

Y si me muero…qué?

Me atreví a tomarme los mejores vinos junto con amigos…

Besé sabrosas y deseadas bocas…

Bajé escotes, levanté faldas..

Y si me muero…qué?

Viajé a una infinidad de lugares…

Montañas, llanuras, mares…

Disfruté de amaneceres, atardeceres y noches…

Y si me muero…qué?

Hablé con la Luna..

Brillé como el Sol…

Floté en mis ilusiones…

Y si me muero…qué?

Perdí mi vergüenza antes que mi virginidad…

Perdí mi destreza antes que mi ingenio…

Perdí mi cordura antes que mi razón…

Y si me muero…qué?

Descubrí tesoros perdidos…

Encontré medallas que nunca se oxidaron…

Me llené de abrazos que me liberaron…

Y si me muero…qué?

Compartí mi pan, mi esperanza, mis horas…

Toleré blasfemias, mentiras y chismeríos…

Sin embargo… alenté vivir a cada enemigo…

Y si me muero…qué?

Ofrecí mis orejas, mi pecho, mi sangre…

Por cada lucha, por cada idea utópica…

Por cada quién lo necesitara…

Y si me muero…qué?

Probé manjares, elixires exóticos y eróticos…

Visité castillos y villas de emergencia..

Comprendí el absurdo del tenerlo todo…

Y si me muero…qué?

Curé mi corazón para enfermarlo…

Lavé mi cerebro para no olvidar…

Esclavicé a mis manos para mantenerme…

Y si me muero…qué?

Fui de frente, respondí con rabia…

Nunca me disfrace de santo ni de oveja…

Apoyé con fuerza, y jamás me arrodille…

Y si me muero…qué?

Mientras tenga mi boleto de ida…

Y aunque me miren con ansías la tristeza y la muerte..

solo responderé…

Y si me muero…qué?

elduendeoscar

Escrito en LCDO durante el encierro por la pandemia el 15 de mayo de 2020

Una noche negra

Una noche negra

Hoy se cumplen seis meses desde que Laureano está detenido. Su condena se debe a un asunto que no es de difícil explicación.

Esa tarde en la Santería donde compraba sus velas verdes y sus inciensos de mirra, sucedió algo impensable. La vida dice una canción, nos da sorpresas. Mientras miraba un hornillo para calentar aceites, escuchó de fondo una conversación entre la vendedora, a quien conocía hace bastante tiempo y la cuál siempre le recomendaba aromas, y una mujer negra, que estaba de compras como él. La charla, le pareció interesante y fue diluyendo en el tiempo su apuro por comprar. Revisó casi todo un estante de artículos tratando de hacer tiempo y no dejar de escuchar. Ellas hablaban de lo afrodisíaco. Algo que Laureano había escuchado alguna vez pero sin interés en profundizar. Solo que tal vez, en ese momento, su soledad, la voz calma con la que hablaba la mujer de color o algunas palabras de ese intercambio con la encargada, hicieron que ponga más atención que nunca. Cuando hubieron pasado unos quince minutos, la vendedora encendió otro incienso y le comentó a la otra mujer que era un almizcle recién traído de la India. Ella levantó su mirada y dijo:                                                                              -Laureano, puedo ayudarte?

Laureano se sobresaltó como a quien descubren metiendo el dedo en una torta. Respondió rápidamente:                                 -No, no…y se acercó al mostrador con lo que había elegido. Mientras le envolvían lo comprado, la mujer de piel oscura no dejó de mirarlo. Él se sintió incómodo pero no muy molesto. Como pudo y en un acto casi reflejo, también la miró. Fue el impacto que necesitaba. Allí se estableció un contacto paranormal. Ella gestualizó mordiéndose suavemente el labio inferior. Ese momento fue ínfimo y eterno. Ambos salieron al mismo tiempo y en la misma dirección. Antes de llegar a la esquina de la avenida, ella le propuso una cita, esa noche y en su casa:                                 -Vivo en ese edificio, le indicó. Primer piso departamento A, a las 22 hs. Haré de comer, no me falles…

Laureano, no supo que pasó en las dos cuadras que le faltaban para llegar hasta su desprolijo monoambiente. Se sentó en su futón sin desarmar el paquete de compras y trató de entender lo que había pasado. Eran muchas piezas sueltas en un solo rato de un día cualquiera.

Tardó en incorporarse de aquella comodidad que dan los almohadones una vez que uno se pone a pensar encima de ellos. Se preparó un té de menta y lo dejó enfriar dentro de la heladera. Era verano todavía.

Se preparó. Vistió su camisa blanca y sus bombines negros…

En la esquina donde se separaron se detuvo. Pensó unos instantes, y encaró hacia aquel viejo edificio, como buscando algo que le faltaba.

Su puntualidad siempre fue idéntica a la de los relojes suizos. Exactamente a las 22 su dedo apretaba el botón del portero eléctrico. Pudo escuchar un ¿“Quién es”? Y como ni siquiera se dijeron sus nombres dijo:                                                             -Yo, Laureano, el muchacho de la santería, aclaró.              Vibró la cerradura con un timbre suave, empujó la puerta y subió las escaleras.

Pudo ver la silueta de ella resaltada por las tenues luces de los cristales de roca encendidas dentro del departamento. Pasaron y la morocha cerró la puerta con cerrojo, como encerrándolo. Él le dijo:                                                                                         -Discúlpame, no sé tu nombre.                                                    Ella le respondió sugestivamente:                                                 –Llámame cómo quieras…

Quedó flotando en el aire una mezcla de feromonas junto a un aroma inicial de humos intensos. Empezó a descubrir otros olores que venían de la mesa. Una especie de carne gratinada con verduras despedían un vapor atrapante. Una jarra de loza con una salsa blanca también destilaba fragancias desconocidas. Ella le empezó a servir delicadamente colocando las porciones sin encimarlas en el plato. Sonaba una música de tambores suaves y palos de lluvia que se mezclaban con una voz masculina profunda y tonal. Quedaron mirándose cómo en la Santería. Ella estiró su mano para agarrar la botella de vino y servirle. Sin dejar de mirarlo directamente a los ojos, le dijo…                       -Mostrame tu copa de tal modo que pueda volcar este elixir en ella.                                                                                        Esto hizo que se relajara un poco. Sin que ella se diera cuenta, miró sus movimientos corporales y sus formas. Estaba como encantado y su cerebro no dejaba de darle ideas profanas. Cuando se disponían a brindar con las copas llenas, alguien golpeó la puerta fuertemente gritando:                                         -Abrime o te mato!                                                                     A Laureano solo se le ocurrió preguntar quién era. Ella dijo:                                                                         -Mi marido, pero estamos separados.                                          Él tragó saliva, y se preguntó qué hacía en ese lugar. Todo esto estaba fuera de plan. Los golpes seguían sintiéndose. Alguien llamó a la policía. Ella le dijo:                                                                      -Yo salgo un minuto, hablo con él y se va. Quedate tranquilo.

Laureano la escuchó pero desconfió, aunque creyó que sería el modo de resolver las cosas. Por las dudas agarró un vasija tipo florero. Ella abrió la puerta para hablar con su ex, pero no pudo detener que ingresara abruptamente insultándola. Allí fue cuando Laureano le partió el jarrón en la cabeza. El hombre cayó desmayado. Por el pasillo se vio el ingreso de la policía, que tomó cartas en el asunto. Secuestro de los elementos, datos, declaraciones, acusaciones y finalmente su detención.

Así es como terminó en este lugar, encerrado por seis meses, sin contacto con nadie que no sea su madre y su abogado.

Exactamente hoy, a los seis meses de encierro, Laureano recibió dos cartas a las 8 de la mañana. En una le informa de su libertad, de la que puede disponer a partir de las 13.

En la otra, aquella mujer con la qué todo pudo haber pasado, le dijo:

-Sé que te liberan hoy. Mi marido, finalmente ha muerto. Si crees que podemos continuar con lo pendiente, te estaré esperando, exactamente a las 22.

elduendeoscar

Escrito para el Programa “al Angulo izquierdo donde duele” T2 E3  Lo afrodisíaco: Olores, sabores, brebajes y sonidos. Emitido el 19 de mayo de 2020 por Radio La Plata 90.9

El encierro y esas cosas…

El encierro y esas cosas…

No puedo contar el sueño que tuve. Demasiado erótico. Desperté sobresaltado y excitadísimo. Trataba de entender si la realidad era qué estaba durmiendo o qué realmente era parte de esas escenas de tanto roce. Si bien mi habitación es oscura, lo era más aún hasta que encontré mi reloj pulsera. Encendí el velador y su luz me penetró hasta la nuca. Solo me ocupe, aún muy dormido de ver que eran las 9. La confusión era doble, no solo quería volver a meterme en ese sueño, si no qué también deseaba resolver si era de día o de noche. Preferí retomar las acciones de las que participaba en aquel fogoso dormir, pero cómo siempre, me fue imposible. De a poco me invadió el silencio tan profundo que están teniendo los días. Y mi dudas seguían. Pensé en el porqué de un sueño tan elevadamente provocador y creí interpretar lo sucedido. Sería verdaderamente maravilloso que me sucediera despierto, ya que ahora mis manos no tienen el recuerdo de esos tan cálidos contactos. Son solo imágenes. Y como siempre, si las imágenes no las guardamos o las borramos, nos distraen.

Decidí pensar en alguna de ellas envuelto entre las sabanas. Cerré los ojos para concentrarme y con ciertos defectos fui recobrando una escena donde alguien me lamía los pies. Su lengua recorría de sur a norte toda mi planta. Dejé que me invadiera ese placer y volví a excitarme nuevamente. La sensación era lejana inicialmente, luego mas cercana, hasta que sentí que estaba pasando en ese mismísimo momento, tan casi real. Increíblemente viva.

Me senté en la cama sobre exaltado

Sera, mi perra, estaba intentando despertarme lamiendo mis pies.

Eran la dos de la tarde…

elduendeoscar

Escrito en LCDO el 22 de mayo de 2020 luego de una tormentosa noche…

Lo Afrodisíaco, definición y un poco de su origen.

Lo afrodisíaco, definición y un poco de origen…

Afrodiaco se refiere a alguna sustancia que incrementa el deseo sexual. El término deriva del nombre de la diosa griega del amor, Afrodita a quien se la relaciona con la fecundidad, con el despertar hormonal en primavera, el sexo pagano, entre otras cosas. Diversas costumbres y acontecimientos ayudaron a establecer que ciertos alimentos, bebidas, aromas y sonidos predisponen a una incitación a la sexualidad.

Las ciencias que investigan sobre el tema, no terminan de ponerse de acuerdo con pruebas concluyentes respecto de que se aumente el deseo o el rendimiento sexual gracias al consumo de tal o cual sustancia. Pero haciendo una relación entre el contenido vitamínico, efectos aromáticos, formas de presentación, sabores y sonidos, podría invocarse a qué psiquicamente hay una predisposición mayor a tener sexo.

Las investigaciones nos llevan a tres tipos de sustancias: fármacos, hormonas u otras. Estas, producen cierta desinhibición y pérdida de los frenos naturales. Tienen efecto afrodisíaco o estimulante del deseo sexual: los fármacos que elevan la dopamina en el sistema nervioso central; la testosterona y hormonas afines, y una hormona que estimula los melanocitos (la que provoca el estado en celo de los vertebrados) Encontramos estudios sobre químicos relacionados con el tema de lo afrodisíaco en vasodilatadores como el NITRITO DE ALQUILO; la BREMELANOTIDA una droga usada para trastornos sexuales; el MELONOTAN, la FENILETILAMINA, presente en el chocolate. Recordemos que la Testosterona tiene una relación directa con la Libido, la energía pulsional. Cuando los niveles de esta hormona son bajos se dice que el deseo cae, y en reverso, al aumentar sus niveles, el deseo aumenta.                                                                                    Recomendamos consultar a su médico en todo caso.                  Solamente y para este programa les ofrecemos un panorama respecto de un personaje central a la hora de hablar de lo afrodisíaco. Creemos que es interesante recordar que la Diosa griega del amor, la belleza y la eterna juventud, ha sido llamada Afrodita hace unos cuantos siglos.

Forma parte como muchos otros de la Mitología griega y su nacimiento según resumen los historiadores se dio en un hecho ciertamente trágico.

El mito cuenta que el Titan Cronos, a pedido de su madre Egea, mató a su padre Urano y arrojó sus genitales al mar Mediterráneo. La mezcla de la sangre y el esperma de ese Dios con el mar, organizó una espuma que favoreció al nacimiento de Afrodita cerca de la isla de Chipre, en una madre de perla. En esta versión, evidentemente Afrodita, no tiene madre.
Sin embargo, según Homero, en la Ilíada, Afrodita puede ser hija de Zeus y Dione. Hesiodo, es otro de los aportantes de las pruebas de este relato.

Asombraba por su gracia y su irresistible belleza, cuya seducción era inevitable para cada uno de los habitantes del Olympus, que deseaban casarse con ella y llevársela a su cama.

Cuando esta diosa fue presentada en la Asamblea de los dioses, muchos creían que su belleza era tal que su rivalidad por ella provocaría una guerra entre ellos. Debido a esto, y para evitar líos mayores, el poderoso Zeus, su padre, se casó con Afrodita y Afrodita se casó con el feo y deforme Hefesto, lo que no provocó celos. Claro que viniendo las cosas tan así como se relatan. Ella bonita y su marido, algo desfavorecido, vamos a decirlo de una sola manera, Afrodita tuvo muchos amantes que incluyen dioses y hombres. Amada y venerada Afrodita tuvo algunos inconvenientes con otras mujeres de su generación. Fue tanto la amante de Adonis como su madre sustituta. Esto condujo a una disputa con Perséfone en la que Zeus decretó que Adonis debería pasar la mitad del año con Afrodita y la mitad del año con Perséfone. Compartiendo a su amado mitad de año.

El nombre “Afrodita” proviene de la palabra griega “aphos” que significa “ nacida de la espuma”.

Si bien tuvo otros nombres, según quién leyera su historia, Nos quedamos con éste, Afrodita que menciona a una diosa deseada y popular.

elduendeoscar

Escrito para el Programa 43 T2 E3 de “Al ángulo izquierdo donde duele” emitido por Radio la Plata 90.9 del 19 de mayo de 2020

Frases sobre la Solidaridad

Frases sobre la Solidaridad

La solidaridad es un valor esencial relacionado con muchos otros valores, como el de la empatía o la tolerancia.

Hemos hecho una selección a nuestro antojo de unas cuantas frases que hablan o tienden a hacerlo respecto de la Solidaridad…

Cuando las arañas se unen, pueden atar a un león. (Proverbio Etiope)

En los momentos de crisis, las personas eficientes buscan soluciones y las incompetentes buscan culpables. (Anónima contemporánea)

De la conducta de cada uno depende el destino de todos. (Alejandro Magno).

¿Cuál es la esencia de la vida? Servir a otros y hacer el bien. (Aristóteles).

La solidaridad no es un acto de caridad, sino una ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo. (Samora Machel).

Cuando el “yo” se reemplaza por el “nosotros”, incluso la enfermedad se convierte en bienestar. (Malcolm X).

Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por los demás. (Dalai Lama)

No hay estabilidad sin solidaridad, ni solidaridad sin estabilidad. (José Manuel Barroso)

El racismo no se combate con el racismo, la mejor forma de combatir el racismo es con solidaridad‘ (Bobby Seale).

Hemos venido a este mundo como hermanos; caminemos, pues, dándonos la mano y uno delante de otro. (William Shakespeare).

El primer paso en la evolución de la ética es un sentido de solidaridad con otros seres humanos. (Albert Schweitzer).

Nadie que haya aliviado el peso de sus semejantes habrá fracasado en este mundo. (Charles Dickens).

La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba: la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo” (Eduardo Galeano)

La verdadera solidaridad solo es posible entre los solidarios’. (José Bergamin).

 

 

 

 

 

 

 

 

La solidaridad y la ayuda mutua son los medios más importantes para que las especies animales sobrevivan. (Christian Lous Lange).

Sé el cambio que quieres ver en el mundo. (Mahatma Gandhi).

Se tienen menos necesidades cuanto más se sienten las ajenas. (Doris Lessing).

Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad. (José Martí).

Ayudar a otros es como ayudarte a ti mismo. (Henry Flagler).

La gente exitosa esta siempre buscando oportunidades para ayudar a otros. La gente poco exitosa está siempre preguntando. ¿Qué hay para mi?. (Brian Tracy).

Trabajar en equipo es cooperar, es eliminar las barreras individualistas y deshacer territorios. (David Fischman)

elduendeoscar

Selección de frases para ser leídas en el Programa “Al ángulo izquierdo donde duele”, Temporada 2 episodio 2 “La Solidaridad y otras yerbas” del 12 de mayo de 2020, emitido por Radio la Plata 90.9.

Imagen: Personaje de elduendeoscar y Nueva tribuna.es

Ayuda cruzada

Ayuda cruzada

A veces quisiera tener mala memoria. O aducir que lo qué digo solo ocurrió en mi imaginación, qué todo es parte de una confabulación entre mis deseos y las fantasías.

La primera vez que me sentí importante, era pequeño.

No se imaginan lo orgulloso que estaba de mí.

Como todas las mañanas hacía los mandados a mi madre y de paso les golpeaba las palmas o les tocaba timbre a las señoras viejitas del barrio, para avisarles que iba hasta el almacén o hasta la verdulería, por si necesitaban algo. La señora de Silva, doña Luisa, La mamá de Cristina Piris e Irma, entre otras, eran mis favoritas. Ellas casi siempre me pedían algo. Papas, cebollas, leche, sal, azúcar….

Cada tanto me daban una propina, una monedita por el mandado. A veces, unos caramelos, unas galletitas. Pero yo no lo hacía por el premio. Para mi el premio era sentirme importante, ser alguien a quién se lo necesita. Pavada de karma venía trayendo.

Esa mañana desperté antes que mis hermanos y me levante sin hacer ruido, para estar un ratito con mi madre. Debería ser muy temprano, porque cuando me asome para verla en la cocina, estaba con mi padre tomando mate. Y siempre lo hacían antes de que él se fuera a trabajar. Me quedé sentado en silencio y aguantándome las ganas de ir al baño, pero sin hacer ruido. No quería romper el primer plan que se me había ocurrido, que era estar con ella. Pero el tiempo a veces parece una brisa que se vuela y otras veces parece una tortura dolorosa que no se termina. Y allí, acurrucado, sentadito, me quedé dormido. Y para colmo de males, me hice pis encima. Ella me despertó preguntándome que hacia dormido allí. No tenia manera de explicarlo. De nada hubiera servido. En lugar de un mimo de mi madre, recibí un reto con cachetada en el culo. Cosas que pasan.

CUIDADO!!!

Cuando pude restablecer mi dignidad, le pregunté si quería que le haga los mandados. Recuerdo que me pidió una cabeza de ajo y un poquito de perejil. Y salí a hacer mi ruta visitando a mis otras progenitoras. Porque debo reconocer, que ellas también me querían como a un hijo. O como a un nieto.

A dos cuadras de casa estaba la calle más difícil de cruzar, porque venían autos de las dos manos y rápidos. Yo estaba canchero y era muy veloz corriendo. Antes de hacerlo calculaba todo, miraba para un lado, miraba para el otro y zas, en diez largos pasos, la cruzaba.

Pero esa mañana mientras llegaba a esa esquina con las dos bolsas para cargar pedidos, vi que un hombre muy mayor quería cruzar esa peligrosa calle. Era como que no se animaba. Bueno, creo que si ninguno de los autos y camiones que pasaban no frenaban, no lo iba a poder hacer. Me paré al lado y lo miré todo casi doblado para adelante y con sus manos muy viejitas. Le pregunté si quería cruzar y me miró con cierta desesperanza. Ahora que me acuerdo de esa mirada, me pregunto si las personas grandes cuando estamos desilusionados de algo, no tenemos esa mirada y miramos a los niños creyendo que no se dan cuenta. Sentí que tenía que ayudarlo. No lo pensé como una aventura, ni como un juego. Tenía que ayudarlo. Y le dije, casi envalentonado, tal vez por mi experiencia, no por mi tamaño, si quería que lo ayudara a cruzar. Me volvió a mirar casi sonriendo, como diciendo “Mirá esta pulga queriendo picar a un elefante”. Le insistí…”deje que lo ayude”. Solo sigame, no se detenga. Nos paramos a la orilla del cordón como dos saltarines ornomentalistas listos a saltar por la medalla de oro. Miré para los dos lados…y cuando creí que era oportuno, le grité ¡ahora! y empezamos a cruzar corriendo lo más rápido.

Claro que hubo algo que no calculé bien. Los viejitos no corren tan rápido como los chicos. Y cuando yo había cruzado, él había llegado apenas a la mitad de la calle. Y se quedó paralizado viendo como por su espalda y por sus narices pasaban los autos de esa calle, algunos tocando bocina, otros diciendo palabrotas. Cuando tuve la primer oportunidad, cruce por él, lo tomé de la mano y terminamos de cruzar… gracias a qué una camioneta frenó para permitir que lleguemos al otro cordón.

Respiró con la mirada perdida, ni pestañeaba. No dejé de estar a su lado. Le pregunté si estaba bien. Sus primeras palabras para salir del susto, fueron “Ha sido toda una aventura y vos sos muy valiente. Estoy seguro que ninguno de los dos se va a olvidar de este momento».

Ese día había empezado un camino en mi vida, un bello camino.

Había logrado ayudar a un señor mayor a cruzar la calle sin que nos atropellaran.

Pero no lo pude contar, porque cuando volví a casa, me había olvidado el pedido y me gané otro cachetazo en el culo.

elduendeoscar

Escrito para el Programa “Al ángulo izquierdo donde duele” Temporada 2 Episodio 2 La Solidaridad y Otras yerbas. Emitido el 12 de mayo de 2020 por Radio la Plata 90.9.

Agradecer es alentar

Agradecer es alentar

Los Clubes Sociales, las Entidades de Fomento, las Bibliotecas Populares, las Asociaciones sin Fines de Lucro, los Centros Culturales y muchas otras organizaciones sociales, forman parte de un tejido social de contención, colaboración y ayuda a los habitantes donde se radican, del cúal muchos debieran estar agradecidos.

Agradecer es una forma de devolver algo de amor por lo recibido, es darle un carácter afectivo y simbólico a una relación entre personas que luchan, algunas por dar una mano y otras por recibirla.

Desde leer un libro gratis a jugar juegos de mesa, desde ver espectáculos hasta conseguir un plato de comida. Desde compartir la soledad hasta establecer grandes lazos de amistades eternas. Estas entidades surgen desde la necesidad de la solidaridad, desde la idea de qué se puede desarrollar una actividad filantrópica tan humana como la de aceptar al otro en su condición de persona que construye su identidad.

Quién no hizo deportes en un club? Quién no pidió un libro prestado a devolver en días? Quién no conoció a alguien en alguno de estos lugares? Quien no se abrazó a sus sueños y deseos amando un color, un sabor, un olor, una geografía de estas construcciones sociales?

Enumerar las acciones que dichas organizaciones, sería ocupar un tiempo valioso en este momento. Siempre, siempre, debemos creer que el fruto de todo este trabajo para las sociedades, sin dudas tiene algunas devoluciones que son esencialmente el pilar de toda idea de ayuda al otro.

Agradecemos entonces una nota de un medio llamado Megafun de la Universidad Nacional de Lanus, donde se publica una pequeña nota escrita por Gerardo Korzin. En ella relata un acontecimiento barrial donde se da cuenta del nuevo aniversario del Centro Cultural Peretz de Lanus. Alguien que participó de practicas sociales y deportivas de la entidad, y envió un saludo particularmente solidario…

La nota dice así:

La científica Andrea Gamarnik envió un vídeo saludando a la institución por su 80º aniversario, donde recuerda su paso por la actividad de kinder y cómo influyó en lo que es hoy cómo persona. Desde su laboratorio donde pasa casi 15 horas trabajando compartió un mensaje en las redes sociales donde expresó su gratitud y reveló que su verdadera pasión es el fútbol y el único lugar donde lo podía practicar era el Peretz de Lanús, pero como estaba mal visto que la mujeres jueguen a la pelota se dedicó a la ciencia, que la enorgullece también.

Escuchemos ese grato saludo aquí en “Al ángulo izquierdo donde duele”…

http://megafonunla.com.ar/notas/2020-05-07_el-peretz-cumplio-80-anos

elduendeoscar

Producido para el Programa «Al ángulo izquierdo donde duele» del martes 12 de mayo del 2020. Temporada 2 Episodio 2 «La Solidaridad y Otras yerbas». Leído al aire por Marguy Ibarra en Radio la Plata 90.9

Ciencia Ficción de la Dominación

Ciencia Ficción de la Dominación

El siguiente texto no es una obra de ciencia ficción aunque ustedes noten que van a ir cambiando de posición, de parecer y elevando o bajando sus temperaturas. Intenta resumir cuánta imaginación subyace en el mundo actual para establecer teorías que pueden ser creíbles o no, pero que parten de la existencia de algo tan pero tan minúsculo como lo es un virus que asola como una pandemia a un mundo entero. Bah!, eso dicen.

Cuándo se asesina a alguien, debe aparecer un culpable. Siempre y cuando, se demuestre que esa persona fue asesinada.

Una primera teoría respecto del COVID 19, es que unos militares de Estado Unidos visitaban China, exactamente Wuhan, el lugar donde ha aparecido el origen de esta rara manera de contagiarse. Y que estos uniformados, llevaron en sus valijas frascos con el bicho y lo soltaron para que se infecte la población y afectar los bienes económicos productivos, y los mercado chinos caigan así en desgracia. Para solventar esta teoría acusativa (de China a Estados Unidos), muchos economistas mostraron cómo China se está apoderando de los Mercados Mundiales y posiblemente se convierta en la potencia mundial que hegemonice las decisiones mundiales de aquí en más o en un futuro próximo. Estaría demostrado el interés Norteamericano de acomodar virulentamente las cosas. Para defenderse los yanquis, plantean que en el terrible laboratorio de Wuhan fue dónde de creó el virus. O sea, que el hombre ha sido capaz de diseñar un virus que le haga daño. Parece distópico. Y el virus se escapó de ese centro de investigación y contaminó primeramente a los chinos en pleno mercado de Wuhan, que es un lugar donde acude gente de todo el mundo. Esta fue la acusación de Estados Unidos a China. Aunque también existe la teoría de qué el virus forma parte del ADN de un tipo de murciélago comestible, al que le faltó cocción. Hasta acá disparos de alta gama o de baja estirpe. Culpables, lo que se dice culpables, la cosa está en veremos.

Como venganza los chinos empezaron a enviar correos con el virus dentro de los sobres a muchas personas habitantes en el país del norte. Esto empezó a causar víctimas en sus estados. Y el presidente que ofrece inyectarse desinfectante o meterse un tubo de luz en el aparato digestivo, propone no cerrar economías. Convirtiéndose en un mes en el país con más muertos.

La culpa la tiene la Organización Mundial de la Salud, que dejará de recibir los aportes en dolares del país del country en plena pandemia. Ficción, no Realidad. Pero vamos a sumar otra teoría conspirativa. La instalación de las antenas 5G supuestamente para mejorar la conectividad y que al parecer forman parte de un nuevo control geolocalizador. Estas antenas provocan con su radiación, la baja de las defensas corporales ofreciéndoles al virus algo así como un buen dulce de leche. Claro que cuando aparecieron infectados y muertes en países donde todavía no tienen ni 3G, la cosa impide profundidad de certeza. Pero está teoría parece mejor, o al menos más cercana, a aquella que dice que esto sucede gracias a la ingeniería de control sobre la especie humana desplegada por alienígenas u extraterrestres que intentarán acabarnos o dominarnos. Otro interesante argumento que pudo leerse en estos días ha sido la idea de un plan llamado Reseteo. Esto es, que gracias a esta enfermedad muchos CEOS, Millonarios, Poderosos Políticos, Multinacionales y demás, empiezan a caer, a renunciar o a desaparecer para que se reformule la Economía mundial y la distribución del control monetario. Me quedo tranquilo, soy feo, no Ceo.

Hasta aquí hemos encontrado al asesino?, creo que no. El origen?, creo que tampoco. Seguimos.

Para combatir esta pandemia muchos laboratorios están detrás del descubrimiento de una vacuna que nos deje salir de casa, volver abrazarnos, darnos besos, tener sexo trranquilo, amontonarnos, amucharnos, y otras cosas, eso sí, yo murcielagos ni pienso comer. La cuestión es que quien logre conseguir un antivirus inyectable está salvado para toda la cosecha. Tener la patente de semejante hallazgo generará ganancias desproporcionadas no comparables con la venta de alcohol en gel. Se cree que entonces que todo el mundo se tendría que vacunar, y es aquí donde los antivacunas aparecen oponiendo resistencia. Que vacuna sí, que vacuna no. Parece una puja de mundos de ciencia ficción, pero es la realidad. Se dice que uno de los grandes interesados es el fundador de una multinacional del sofware que está poniendo dinero para que sea cuanto antes. Primeramente se lo sindicó como el culpable de la existencia del virus. Como diría Maxuel Smart de la agencia Control “El viejo truco de tirar la enfermedad y luego ofrecer la cura”. Pero por sobre todo esto se afirma una teoría de control masivo, como si no lo hubiese. Pero es muy interesante empezar a ver economistas (otro virus social peligroso) planteando que el mundo que viene debe regirse por criptomonedas o sea monedas virtuales. Al parecer apoyados por otra teoría de qué la economía individual será controlada a través de la inserción de un chip en cada cuerpo, teniendo este dispositivo todos los datos del insertado, sus movimientos, su costumbres, sus redes sociales, su circulo cercano y todo lo necesario para observarlo y controlarlo. Con tanta dominación y falta de intimidad, no vamos a poder ir a hacer ni caca tranquilos. Se trataría de organizar nuevo orden mundial sin naciones ni libertades.

Y el asesino? Para mí, no hay asesino. Pero hay un muerto. Se habrá disparado al enterarse de todo esto?

Quiero que se sepa que al terminar este relato me tomo un tren a Venus para sentirme seguro, por qué me acaban de avisar que están por caer meteoritos….

elduendeoscar

Escrito para el Programa 41 de “Al ángulo izquierdo donde duele” emitido el 5 de mayo de 2020 por Radio La Plata 90.9

Evaporación

Evaporación

Lavé mis manos por cuarta vez, y eso que son apenas las nueve y media de la mañana. Me rió con cierta neurosis. Jamás lo había hecho, ni siquiera cuando nació mi bebe con tantas dificultades. Rocié luego mis manos con alcohol al setenta por ciento y me coloqué el barbijo para salir a la calle. Necesitaba alimentos. Por suerte el supermercado está a una cuadra de casa. No sé cómo resolverán esto, la gente que vive a kilómetros de uno. Por qué de acuerdo a lo que me enteré, se necesita un permiso especial para transitar con esta pandemia. No tengo auto, voy caminando. En la esquina me piden documentos para certificar mi cercanía domiciliaria. Me demoran media hora. Más de lo qué creo voy a tardar en hacer mis compras. Logro llegar al negocio de alimentos, pero debo hacer una cola con lo que llaman distancia social, que es dos metros de separación entre personas. Tengo unas trece personas delante mío, o sea que estoy a unos treinta metros del ingreso. Empieza a llover. El cielo estaba avisando. Abro mi paraguas, pero no puedo ofrecerle protección a la señora de unos 80 años que está delante mío, porque hay que mantener distancia social. Lo padezco. De pronto llueven más fuerte gotas frías. Nadie se va de la hilera. Le ofrezco a la señora que me antecede mi paraguas. No me escucha. Cada vez que sale alguien del mercado, la puerta está más cercana. Pero en media hora, solo salieron tres personas y sigue lloviendo como si debiéramos interpretar que estamos adentro de casa y protegidos.

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No me animo a acercarme a la anciana que se está empapando. Me duele sentir lo que siento, No puedo aceptar esta injusticia de la naturaleza. Vuelvo a ofrecerle mi paraguas. Esta vez me escucha. Se da vuelta, me mira con ojos cansados, vuelve su cara hacía la cola sin responderme. Me pareció ver que no tiene su barbijo puesto. No puedo creerlo. Sé que se va a enfriar con tanta humedad y eso va a favorecer su exposición a la muerte. Miró hacía atrás para conseguir al menos un testigo o un cómplice. Pero el joven que me preseguía a dos metros solo estaba atento a su celular. A la hora y media, logré entrar, Pero antes de hacerlo, me rociaron las manos con alcohol en spray y me hicieron pisar en un trapo de piso con lavandina. Me dieron recomendaciones cómo no tocar mercadería que no lleve a mi canasto y otras cosas. Cuando logré ingresar para elegir productos, lo primero que se me ocurrió fue preguntarle a la señora mayor porqué no aceptó mi oferta de paraguas. Pero la busqué en todos los pasillos, en los sectores de mercaderías fraccionadas, de productos al peso, de alimentos frizados, en el sector de panaderías, de verduras… y no pude encontrarla. Separé todo lo que necesitaba y me fui a pagar. Recordé que cada vez que salía alguien, entraba otro de la hilera de espera. En la caja me miraron con asombro cuando pregunté por la vieja mujer que había entrado antes que yo. Me pidieron algunos detalles y ninguno les pareció un dato que ayudará a recordarla. Insistí desconcertada, por que era muy visible por su longevidad, por su mojadura, y por qué yo misma la había visto ingresar. La respuesta final fue que no habían atendido a nadie así, mirándome con ojos cercanos a desorbitarse…

Cómo diciendo que había gente esperando afuera…

elduendeoscar

Escrito en LCDO para ser leído en el Programa 41 de “Al ángulo izquierdo donde duele” Ciencia Ficción: Imaginación o Realidad del 5-5-2020