No sé si es porque uno se distrae, o porque uno no quiere entenderlo.
El tiempo pasa, y no nos damos cuenta, o sí?
Se acuerdan cuando en nuestra niñez se llenaban los álbumes de figuritas.
Pequeñas fotos de ídolos, próceres, imágenes coloridas, abrillantadas, animalitos, flores…completaban hojas y hojas de una especie de cuaderno gigante.
Tengo la sensación de haber llenado varios álbumes.
En uno de ellos, el de mi propia vida.
Y de la página uno a la 63 voy recorriendo con avidez todos los recuerdos que tengo pegados en él, con alguna referencia.
Y veo casi completa la hoja de hoy, con ustedes presentes.
Pero cuando busco a muchas de aquellas personas que me acompañaron en el pasado, de niño, de adolescente, de adulto, ya no puedo encontrarlos.
Es como si la vida, o mejor dicho, la muerte, ha ido quitando a aquellas bellas personas que estaban cerca como arrancando sus fotos…limitándome a recordarlos sin poder verlos.
Los familiares, los compañeros de escuela, los amigos, los de la facultad, los vecinos, los del trabajo, los del potrero, los de teatro, los del bar…
Lo más terrible, es que hay algunas páginas donde solo quedo yo.
Y no puedo evitar cierto dolor que evidencio con nostálgicas lagrimas y que me dan ganas de irme a buscar a aquellos…
Debo seguir acá, ya que creo o me parece que estoy en el álbum de alguno de ustedes, y no quisiera ausentarme.
Tengo la chance de seguir pegando figuritas en una nueva hoja, con nuevas personas, con nuevos amigos….
Pero un deseo más grande se me ocurre y es que todos ustedes puedan estar en mi álbum, por mucho tiempo más.