Uno más uno más uno más uno, y tenemos que hacer cola.

Uno más uno más uno más uno,

                                    y tenemos que hacer cola.

«Qué levante la mano quién quiera estar solo. Y que la apoye en algún lugar gentil, quien quiera compañía» elduendeerótico

No es bueno que el hombre esté solo, fue una película española de 1973, que mostraba a un hombre acompañado de su mujer, una muñeca, a quien higienizaba, adornaba y sacaba a pasear, entre otras cosas. José Luis López Vázquez hace un papel increíble.

Pero se hace necesario recordar antes de entrar en cualquier desvío lo que ya dijo el filosofo Don Aristóteles, hace unos años: «El hombre es un ser social por naturaleza».

Basta la sola idea de pensar que la supervivencia de la especie depende de dos personas y no de una.

Aunque haya en el mundo, un par de tipos que si se les ocurre en solitario, apretar un botón, morimos todos de un golpe.

Por cierta suerte o designio, y como decía el amigo Facundo Cabral: Un minuto de silencio, un segundo de descuido, un hijo.

Lo parió diría Mendieta, el perrito ladero del gaucho conocido como Inodoro Pereyra, esposo de la Eulogia en las lontananzas del campo. Que no era tan solitario, gracias a esa compañía, como el otro de su especie el “Paja Brava” que andaba siempre escondido entre pajonales. Ni como el personaje de Marito Sánchez, el gaucho Barralde, que enseguida quería mostrarle a sus visitantes “El pinchón de peludo en cautiverio que tenía en los fondos”, producto de tanta soledad.

Hay quienes aman más a la ovejas que a las personas.

Por favor no se confundan, hablo de los Pastores, que hacen una tarea prodiga con ellas en arriarlas, alimentarlas y aprovechar sus lanas. No me refería a aquel cuento del negro que cuidaba las blancas ovejas de su patrón hasta que nació una oveja negra.

En fin, la soledad es para algunos una especie de isla. Bueno al menos, es lo que creía don Robinson Crusoe allá por los años 1719 y se quedó 28 años solito sin que nadie le sople la velita en los cumpleaños.

Por suerte Adán y Eva y otras cuantas parejas decidieron proponer otra cosa, luego de encontrar una manzana. A ponerla y poblar la Patagonia, como diría cualquier Mapuche con ganas de Argentinizar el suelo.

Y de a dos, parece que se empieza a armar la tribu, el clan, la familia, los pueblos, las ciudades y las grandes urbes. Y debido al aumento indiscriminado de seres, debido a ese placer que da el juntarse cada tanto en cucharita, se logra llegar de la desolación, a tener que hacer la cola hasta para comprar frutillas para compartir.

elduendeoscar

Escrito para el programa cultural “Al ángulo izquierdo donde duele” T2 E:67 tema ¿Soledad o compañía?¿Cuánto y cuánto? A emitirse el 3 de noviembre de 2020 por Radio la Plata 90.9

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