Crónicas del viaje de un loco…(33) Día 7 de la Travesía…Los Proyectos (1)

Crónicas del viaje de un loco…(33)

Día 7 de la Travesía…Los Proyectos (1)

Luego de un muy buen descanso, creo tener energía como para llegar hasta la meta, pero tengo un proyecto mejor; ir despacio y disfrutar de este viaje, que tal vez no pueda volver a hacer. Marito, mi tan buen anfitrión en Viedma, me recomendó conocer dos lugares que no estaban en mi plan original. Se trata de dos lugares que vienen creciendo en cuanto a su difusión turística; Playa de las Conchillas y Punta Perdices, en San Antonio Este, dentro de la Provincia de Rio Negro.

Y allí voy, más que nada tentado por conocer playas…

Solo son unos 149 kilómetros hacia el sur por la RN3 y un desvío de 15 kilómetros hacia la derecha buscando el mar. Para llegar hay que transitar por la RN A025 (33) unos 28 kilómetros.

Es impactante ver tanta inmensidad de arena lleno de conchillas blancas y un azul profundo del océano.

Llegué a mediodía, El sol estaba alto y picante. Igualmente me propuse hacer un pequeño almuerzo y algo de escrituras a la orilla del mar. La playa tiene un ancho de unos doscientos metros como mínimo. A esa hora empieza a subir la marea.

Mirando al sur podía verse una gran columna de humo que se elevaba sin parar y que haría del atardecer un evento inesperado.

Observé la llegada de un barco carguero que hizo descarga de mercaderías en plena orilla adonde arribó una especie de grúa que cargó con todos los bultos. Por el acercamiento de la poca gente que había en el lugar, este debe ser un hecho de atracción. Lo que podía verse, es que las personas que operaban las máquinas y la carga, lo hacían como si fuese de todos los días.

Luego de ver finalizada la descarga y de haber estado un rato al sol, preferí buscar algo de sombra en el hotelito viajero.

Tal vez les haya pasado por conocer un lugar y pensar “Qué lindo sería vivir aquí” y solo queda en una expresión de deseos. Debo confesar que me ha pasado. Cuando conocí Villa Gesell en mi adolescencia, cuando hice mi Luna de Miel en Villa Carlos Paz, cuando anduve por Ushuaia de mochilero, cuando conocí Florencia y otras tantas veces. Creo que viviría en todos esos lugares, solo que asenté mis proyectos en la ciudad que vivo, aunque siempre deseo no morirme allí. Sueño con vivir cerca del mar mis últimos días. Sería un premio. Y lo tengo como proyecto final, cada vez más cercano.

Y este día reavivé la idea de replantearlo. Trate de usar la tranquilidad que me traía desde Viedma para hacerlo.

¿Qué es la vida sin un proyecto?

Dice un dicho popular “Soñar no cuesta nada” y el músico argentino Indio Solari en su obra “Ropa sucia” refresca “Vivir, solo cuesta vida”. Entonces mientras vivimos, hagámoslo por algo, al menos, para ser felices y no joder a los demás.

Ahora bien, no es lo mismo un sueño que un proyecto. Uno es la expresión simbólica imaginaria de la concreción de un algo. El otro es el plan para conseguirlo. Y ya que estoy en el ruedo, agrego que un deseo difiere de ellos dos. Voy a dar el ejemplo. En mi adolescencia descubrí a una bella mujer rubia en un dibujo. Inmediatamente la deseé. Esa mujer era Marilyn Monroe y por entonces ya estaba muerta. Soñar con un encuentro, era imposible (a menos que se dé en el más allá), por lo tanto no pude construir ningún proyecto para concretar. Para poner a los patitos en orden, interpreto que un deseo puede ser la piedra fundamental de un sueño, y que éste, es la base de un proyecto.

Y este viaje es básicamente un deseo de viajar, que me hizo soñar con hacer completa la Ruta 40, y estoy en medio del proyecto que organicé para cumplirlo.

Vuelvo a la pregunta ¿Qué es la vida sin proyectos? Nada, filosóficamente hablando, nada.

Los invito a preguntarle a la gente qué sueña o cuáles son sus proyectos. Quédense con la gente que tiene alguno. Al resto se los lleva puestos la vida.

Luego de un rato de filosofar y de estudiar las condiciones del lugar para hacer noche, resolví pasar los que resta de la tarde hasta el atardecer en Punta Perdices, a unos pocos kilómetros de este paraíso.

La seguimos…

(33) Comienza desde el empalme o rotonda con la RN 3 en el kilómetro 1114, y llega hasta el puerto de San Antonio Este, a lo largo de 28 kilómetros pavimentados.

Imágenes: Mapa de Google maps, el resto propias

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