Una pila de recuerdos
Amontonados pero nunca olvidados, se juntan en un rincón del cerebro, momentos de todo tipo y factor, a la espera de un disparador que los libere, para hacer si es necesario alguna reflexión íntima, para adornar de detalles algún texto o para desparramar en una charla a boca de jarro.
Amigos, parientes, personajes, compañeros de trabajo y de estudio, jefes, profesores, amores, empleados, clientes y un inmenso listado de personas, que han sido parte de algún buen o mal momento de la vida, están atentos a lo que se dice de ellos, en cada remembranza.
Juguetes, prendas de vestir, medios de transporte, regalos, joyas, libros, objetos de todo tipo que han pertenecido a las distintas etapas del recorrido de la vida para acompañarnos, en esto de transcurrir en el tiempo.
Lugares, escenarios, luchas, juegos, encuentros, fiestas, deportes y otras tantas actividades que nos han entretenido y construido, no pueden olvidarse.
Una frase de otros, que nos obliga a ejemplificar nuestros actos.
Una canción que nos evoca sensaciones imborrables.
Un olor que traen los vapores de comidas, de perfumes, de estaciones…
Una mirada haciéndote sentirte humano…
Y están allí, a la espera de salir a dar un paseo nuestras ancestrales mascotas, de volver a mostrar sus flores aquellas plantas, de repetir su sombras ese árbol, de iluminarnos aquel amanecer, de volver a abrazarnos con quienes no están..
