El INVITADO QUE NO VA A VENIR

El INVITADO QUE NO VA A VENIR

“Lleva un frasco de veneno con cuidado, ya que si se cae y se rompe, el veneno se desparramara y no será simple limpiarlo” elduendevenenoso

La otra noche se juntaron las chicas en un bar a tomar unas cervezas y contarse la vida, Clara, Jorgelina, Mariana y Laura. Las cuatro están en pareja y fueron compañeras de la Escuela Secundaria del Colegio Normal hace 17 años. Todas cumplen este años los 30, los famosos 30. Suele decirse que es la edad de la crisis femenina. Desde nuestros antepasados se suponía que si a los treinta no te casaste, sonaste, sos la soltera de la familia. La solterona. Pero los tiempos han cambiado tanto…                                                       Cada una contaba cómo quería festejar y tiraba al aire una lista de invitados íntimos, que iban desde los familiares a viejos compañeros de escuela. Qué música les gustaría que suene esa noche, cómo irían vestidas y otros temas. Analizaron los costos de cada fiesta en estas épocas en que sacar un billete de la cartera es como perder una lagrima. Clara, deslizó una idea que enseguida fue tomada como genial por el grupo. Ella propuso que aunque los cumpleaños son en distintos meses, buscar una fecha y festejar juntas. Se pusieron de acuerdo, ya que muchos son amigos en común y prácticamente las cuatros conocen a las familias de las demás. Eligieron una fecha luego de qué todas hayan cumplido, ya que por superstición acordada no se festeja de antemano. Cada una se llevó la idea para irla pensando y elaborar el listado de invitados. Volvieron a encontrarse dos semanas después en el mismo lugar. De a poco fueron nombrando a quienes invitarían. Y como entre ellas había varios amigos en común el listado se achicó bastante. Pasaron todo a un papel en limpio y Mariana destacó un par de coincidencias. “¡Che –les dijo riéndose- tres de ustedes invitan a la profe de Historia del último año! No sé… a mi no me cayó tan bien la vieja. Me aplazó porque le dije que Napoleón era Genovés!  Boluda le dijo Laura, era fanática de la Revolución Francesa y vos confundiste la nacionalidad de Napoleón con la de Colón!!! Jajaja. Todas rieron al unísono. Finalmente acordaron que más allá de aquella desaprobación había sido una mujer confidente y consejera. Y que por lejos. Había sido la mejor de todas, incluso que la de Educación Física, que era joven pero era un sorete de persona.                                                                                                                                  Mariana siguió explorando las coincidencias y dijo en un tono irónico: Chicas veo que todas invitamos a Marcelo, el chico que cursaba en el otro quinto y es al único de ese curso que invitamos…qué onda?. Bueno dijo Clara, yo tuve una historia con él. Un touch and go. Me estás jodiendo dijo Mariana, yo también. Naaaa dijo Laura, yo también bolu!. Jorgelina se mantuvo callada. Mientras Clara, Mariana y Laura contaban sorprendidas entre risas pícaras y gestos de asombro, los cuándo y los cómo, destacando lo bueno que estaba el flaco, Jorgelina hacia fondo blanco el balón de cerveza como queriendo tragar veneno. Ellas no podían creer la coincidencia. Jorgelina las miraba con cierto desagrado. Hasta que las interrumpió, y un poco angustiada dijo: -Perdón, Marcelo fue mi novio por un año y veo que todas se lo voltearon, ¡Qué sorpresa!… Fue como una bomba de hidrógeno. Parecía por un instante que toda señal de vida se había perdido. Ninguna sabía dónde esconderse. El silencio duró una eternidad, hasta que la misma Jorgelina reabrió la charla: “No fue una gran historia, no se preocupen, pero ahora que sé que se revolcó con todas no quisiera invitarlo”. Y por un boludo como él, tampoco quisiera perder nuestra amistad. Discúlpame, -dijo Clara sentidamente- yo no sabía nada de tu relación con Marcelo. Viste que hubo un tiempo largo sin vernos. Lo mismo dijeron Mariana y Laura.  Intentaron descular si las relaciones fueron en un mismo tiempo, o sea si cuando Jorgelina era novia, el flaco se dio el permiso de historias paralelas con sus amigas. Al menos con las presentes no. Eso quedó claro. La conversación continuo profundizándose pero sin que hubiera culpables o víctimas.                                                                                                            Eso sí, Jorgelina, al llegar a su casa, buscó las fotos que guardaba de aquel amor. Y una por una las despedazó y las prendió fuego. Total le dijo, como si estuviera presente, ya no vas a estar invitado a ningún festejo mío…

          elduendeoscar

Texto leído en el programa 4  de “Al ángulo izquiedo, donde duele” por la locutora Marguy Ibarra el 5-4-2017 por http://ultra1079.com.ar/

imagen: SOLTEREANDO – WordPress.com 

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