LAS TORCAZAS
Una pareja de torcazas decidió construir su nido en la punta troncada de un bananero en casa. Nacieron dos hijitos. El tezón de la madre fue para alabar: traté de no asustarla cada vez que pasaba por debajo y ella entendió que podía confiar. Y no se separó de sus huevitos (luego pichones) ni un instante.
Ni el frío, ni la lluvia, ni los gatos hicieron que se olvidara de mantener calentitos a sus crías. De cerca el padre vigilaba y traía de comer. Hoy esos pichones vuelan adultos por mi patio y tenemos charlas de siestas donde no faltan las anécdotas de la vida.
elduendebobo
Escrito en LCDO el 12 de setiembre de 2013