QUÉ JUGADOR!!!

QUÉ JUGADOR

«Debemos dejar que nos sorprenda lo posible» elduendeerótico

Nos juntamos todos los terceros sábados del mes a jugar al Poker, por chirolas, es más juntarse que ganar unos pesos, y siempre en la misma casa, la del Gordo. Es una especie de encuentro para escapar un poquito de la rutina y de paso hacer una falsa noche de solteros…jeje. Estábamos los seis de siempre, Juan, el Tincho, Migue, por supuesto el Gordo, el Flauta y yo. La última reunión fue hace como dos meses, porque justo cuando nos tocaba juntarnos el mes pasado, la mujer del Flauta le dio un ataque de celos y no lo dejó venir. Al parecer al loco lo venía tentando una compañera del laburo con mensajitos tenues y con unos cuantos me gusta y me encanta es su muro de Facebook. Y la Jermu se empezó a perseguir mal. Y lo mejor que se le ocurrió fue decirle, un día antes de nuestra cita “Si es cierto que me sos fiel, mañana quédate en casa”. Y nos cagó la noche. La suspendimos. Fue más injusto que un gol en contra faltando un minuto cuando vas empatando.  El Flauta es un pan de Dios, un tipo al que le confiaría mi mujer. Es tan honesto que no puede poner cara de Poker, y cuando está cargado de cartas, se da cuenta hasta el gato del Gordo, que es tuerto y la última vez que cazó algo  fue un calzoncillo que colgaba del tendedero.

Al rato de empezar a jugar y como tema de fondo y para tratar de hablar de algo, Migue manda una pregunta que nos dejó boquiabiertos. ¿Che, alguno de ustedes fue infiel alguna vez?

No empezamos a mirar sorprendidos como tratando de entender a qué venía la cosa. Ninguno se animaba a decir nada, ni a favor ni en contra. O sea, ni afirmando, ni negando. Creció el silencio mientras el Gordo repartía las cartas y le exigía a Juan que pusiera la luz.

El aire se había enrarecido. El Flauta soltó la primera frase “A mí con una mujer me alcanza”, el Gordo terminó de dar y se fue a buscar una cerveza. Juan dijo que ni siquiera lo había pensado, el resto hizo mutis por el foro.

Inmediatamente se metieron de lleno en ver que cartas le había tocado a cada uno y antes de empezar a apostar, Migue larga un comentario que nos desconcertó a todos: “Disculpen, quería saber si alguna vez fueron infieles, porque yo sí, y quería saber que habían sentido”.

De Migue, el más amigo es el Tincho y lo primero que dijo fue “Ah, vaguito el nene, nunca me contaste nada”. A mí, se me ocurrió pedir que terminara la mano y parar unos minutos para charlar del tema, ya que nos estábamos distrayendo y pintaba para escucharlo. La idea fue aceptada por unanimidad. Y al ratito mirábamos y escuchábamos atentamente al Migue que nos contaba su historia:

-Ustedes saben que me casé muy joven y que hace 20 años vivimos con mi mujer en la misma casa, dormimos en la misma cama y estamos casi siempre juntos, incluso en el trabajo. Y si tuviera que decir algo malo de mi mujer estaría mintiendo. Juro que nunca desee a otra mina que no sea a ella. Por supuesto que estar a dieta no quiere decir que no mires el menú. Pero yo siempre me sentí diez puntos y nunca se me ocurrió ni siquiera pensar en otra historia. Pero debo confesar que ese día me dejé llevar y hasta hoy no sé si estuvo bien o estuvo mal lo que hice. Se acuerdan del día de la tormenta? Esa del viento que volteó arboles, voló chapas y cortó cables? Bueno, yo tenía ganas de comer helado, y bajé a una heladería justo justo cuando empezó a llover. En el local había una señorita muy bella haciendo su pedido. Solo dos gustos; Cereza a la crema y vainilla. Exactamente los mismos gustos que yo iba a comprar. Y lo dije en voz alta “yo venía por los mismos”. Ella me miró y me preguntó: ¿“Enserio”? Jodeme. Si, le dije. Estaría todo el día comiendo esos gustos. Y con lluvia son más ricos, agregué sin saber qué decir. Ella, se quedó en el local mirando como llovía afuera, mientras lamía con unción su helado. Yo la miraba por el espejo, más curioso por la elección de los gustos que por otra cosa. Cuando termino de pagar, me doy vuelta con intenciones de salir y veo que llueve torrencialmente, y me quedé comiendo mi helado y charlando con esa joven desconocida de vaguedades.

Hasta acá escuchábamos su narración casi envidiándolo. Tanto que hasta el Flauta apagó la radio. Y continúo contando:

Terminamos los helados casi juntos. Y llovía menos. Le pregunté si vivía lejos y me dijo que cruzando el parque. Le propuse acercarla y en un minuto estábamos en el auto.  Cuando me dirigía a su casa empezó llover infinitamente y me pidió que estacionara, ella no tenía apuro en llegar. La ciudad oscureció. Me iluminó su mirada. Y empezamos a los besos. Me desprendió la camisa, me dasabrochó el cinto y no la podía parar con nada.  No sé. Me dejé llevar.

Te comieron Migue!, Te  co mie ron!, dijo el Tincho. Y agregó; sos un guacho, yo sé que vos sos fanático  del chocolate y la frutilla al agua….

¡Qué jugador!

Tardamos un rato en volver al paño, pero el recreo, estuvo buenísimo.

elduendeoscar

Leído por la Locutora nacional Marisa Waters en el Programa “Al ángulo izquierdo, donde duele” www.ultra1079.com el 22 de marzo de 2017

IMAGEN: http://fellomix.es.tl/fondos-de-corazones.htm

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