Rebelarse
“Son mis tres deseos, rebelarse, valorarse y emprender” elduendeácido
Cuando todavía no hemos terminado de fumarnos el año que estamos viviendo, ya estamos pensando en encender uno nuevo y tirar la colilla de este, como si fuera una basura que no podrá reciclarse.
Muchas son las personas que en pleno noviembre nos dicen “deseo que el año se termine”, este fue un año de mierda. O nos encontramos con gente estresada en octubre, que ni siquiera puede disfrutar de la primavera.
Más allá del cambio de números, del cambio de mes, del cambio del día de la semana, ¿Tenemos una vida placentera o nos dejamos llevar por un pesimismo crónico que no nos permite entender que este día, puede ser el último día de nuestras vidas?
Son muchas las personas que se la pasan diciendo “El año que viene no va a ser igual, vas a ver” y al encontrarlos en abril o mayo del siguiente año, no solo sus vidas siguen las mismísimas rutinarias líneas de hacer y actuar, sino que, además, se olvidaron de su propio pronostico hacia sí mismos.
Están aquellas personas que se la pasan prometiendo y prometiéndose cosas. Entre ellas se destacan las que anuncian que van a ahorrar para hacer un buen viaje que nunca se concreta, las que proponen juntarse para hacer algo y jamás ponen una fecha, las que dicen empezar una dieta y no suben ni bajan un talle en sus ropas. Están aquellas que dicen que van a cumplir con lo que se prometieron años atrás y siguen postergándolo para prometérselo el próximo año.
Los años nuevos parecen un horizonte por donde los nacientes soles nos darán la luz y nos guiarán por el camino de la buenaventura. Lamento informarlos de que esta idea tiene mucho de poesía, pero que no rima con la realidad.
Todo aquello que emprendemos, ya sea hacernos cargo de nosotros mismos con nuestros problemas y equipajes, hasta lo que proyectemos hacia el futuro, tiene un grado de incertidumbre, que no lo puede resolver un buen plan escrito y graficado, que diga lo que como hay que hacer.
Por supuesto que no se trata de paralizarse frente a un destino determinado, como si todo estuviera escrito de antemano y tenemos que sufrirlo, padecerlo o disfrutarlo de la forma en que esta planeado.
Hay que rebelarse, no queda una apuesta mejor.
Habrá que ir en serio detrás de cada deseo para que se concrete, cumplir cada promesa que hagamos, escribirla en una libreta a la cual tengamos a mano. Y romper con la monotonía de la misma rutina, los mismos horarios, las mismas charlas, las mismas personas, los mismos viajes y otras cosas que hacemos repetidamente y que no nos dan ya, la emoción de entonces.
No tiene la intención este breve texto de hacer de autoayuda. Hagan lo que se les dé la gana, pero háganse cargo. Si sus vidas son tristes, grises, tontas, insulsas, jódanse.
Si solo desean mantenerse en la zona de confort, sin tomar ningún riesgo, jódanse.
Si no se animan a demoler al fascista que tienen en su interior leyendo o escuchando versiones distintas de la vida, jódanse.
Si no se atreven a decir eso que tienen ganas de decirle a esa persona por la cara desde hace mucho, jódanse.
Si no pueden sostener un argumento y en lugar de tratar de informarse para darle forma y valor, se enojan y gritan, jódanse.
Si no son capaces de reclamar lo que les pertenece por merito o por derecho, jódanse.
En serio lo propongo, jódanse, pero no le jodan la vida a los demás con sus posiciones demagógicas, pragmáticas, diluvianas, mentirosas, arcaicas y detestables de llevar sus vidas.
Hagan una revolución hacia sus adentros. Hacia el interior. Pregúntense, cuanto hace que nada les duele, que no lloran, que no ayudan, que no luchan. Reviertan eso. Es simplemente eso, revelarse.
No puede ser que la única epopeya humana que valoremos sea llegar con dinero a fin de mes.
Tenés unos días todavía, anda pensando que querés de tu vida.
Tómate una selfie, imprímela, mírala un rato, critica a esa imagen preguntándole ¿Qué clase de persona sos y qué querés de vos?
Si te animas a escucharte, seguramente no vas a rifar los días que te quedan haciendo boludeces.
Fijate, tal vez así, tengas un buen año.
elduendeoscar
Escrita para el Programa 40 de “Al ángulo izquierdo donde duele” del 27 de diciembre de 2017.